Empezamos el año hablando de un plato que se ha convertido ya en un icono de nuestra cocina. Con el turrón de almendro hemos sido capaces de traer a la mesa un momento mágico que nos regala la naturaleza: la caída de la flor del almendro. El detonante inspiracional. Visualmente hermoso y representativo de una estación tan llena de vida como es la primavera.

El plato se escenifica con distintas elaboraciones hechas con almendras marconas en diferentes estados de madurez: leche, delicado papel, turrón cremoso, además del propio fruto tierno. El componente graso de este turrón lo aporta la gamba pato que sin ser tan conocida, es un marisco interesantísimo y muy sabroso.

Es un plato que ademas nace pensando en la desestacionalización de una elaboración muy alicantina: el turrón. La tradición ha decidido que sólo lo consumamos en navidad. Pero es un producto que se puede elaborar y consumir durante todo el año. El turrón está cargado de artesanía, tradición y momentos dulces que vuelven a la memoria.